(34) 625 179 555 info@stoamalga.com
Seleccionar página

Acabas de comprarte el último modelo de teléfono móvil, llegas a casa, le colocas tu tarjeta SIM, y listo, ya puedes guardar el antiguo (que posiblemente aún funciona perfectamente) en un cajón y olvidarte de él. Durante unos días, tu última adquisición te provoca felicidad, pero poco a poco, esa felicidad extra va desapareciendo hasta que finalmente, tu nuevo móvil no te produce ninguna emoción, sencillamente te has habituado a tenerlo y ha pasado a ser una objeto más que posees.

Photo by Raul Varzar on Unsplash
Photo by Raul Varzar on Unsplash

Esto que acabo de relatar es un mecanismo de adaptación de nuestra mente ante nuevas situaciones. Es la llamada adaptación hedónica y que consiste en que acabáremos volviendo a un nivel de felicidad similar al que teníamos con anterioridad a una situación, sea buena o mala.

Este concepto explica por qué no encontraremos felicidad duradera en un nuevo coche, teléfono o en más ropa. Por supuesto, todas estas cosas las disfrutaremos, pero según los estoicos son indiferentes preferidos, y debemos ser conscientes de que una vez alcanzadas o conseguidas, las sustituiremos rápidamente por nuevos objetivos.

Entender el funcionamiento de nuestra mente nos puede ayudar a comprender que a veces buscamos la felicidad en los sitios equivocados. Cómo nos recordaba Séneca:

No está en nuestro poder tener lo que deseamos, pero sí está en nuestro poder no desear lo que no tenemos y aprovechar todo lo que nos ha llegado

Séneca

Desde el punto de vista estoico, podemos desear y perseguir aquello que queremos, pero no debemos dejar que nuestra felicidad o bienestar dependa de conseguirlo. De la misma forma, una vez conseguimos, su pérdida no debe ser motivo de infelicidad.

Debemos entender que vivimos en un mundo donde nada es permanente, y en el que las cosas y las personas, vienen y van. La gratitud es un punto común de tradiciones como la budista, cristina o musulmana, y si ponemos el foco en lo que tenemos y lo afortunados que somos de tenerlo en nuestras vidas, en lugar de lamentarnos por lo que no tenemos o creemos merecer, con seguridad que seremos más felices.