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Los estoicos nos enseñan la importancia que tiene observar nuestros pensamientos, ya que en definitiva, nuestros pensamientos determinaran nuestras acciones, y estas forjaran nuestro carácter.

Si no conviene, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas. Sé dueño de tus inclinaciones

Marco Aurelio

En la actualidad vivimos una etapa de relativismo moral, según el cual todo puede estar bien o mal dependiendo de la situación o el punto de vista. Pero lo cierto, es que a veces, este razonamiento se utiliza cómo una excusa para justificar ciertos comportamientos.

Photo by Christopher Sardegna on Unsplash
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Según el pensamiento estoico, el ser humano debe comportarse de acuerdo a su naturaleza, y por tanto debe atender a su carácter racional y social. Actuamos de forma racional cuando somos fieles a nuestros principios y valores y lo hacemos de forma social, cuando tenemos en cuenta las consecuencias que nuestras acciones tendrán en la sociedad como conjunto, o en alguna persona en particular.

Nuestros valores son el equivalente del sistema operativo para un ordenador. Este actúa de forma imperceptible detrás de cada programa o acción que ejecutamos . Podemos realizar actualizaciones o mejoras en dicho sistema operativo, pero la esencia o estructura básica será siempre la misma, y si intentamos ejecutar un programa que no cumpla con los requisitos del sistema se producirán fallos de funcionamiento.

De igual manera, nuestros valores, podrán adaptarse con el paso del tiempo o sufrir pequeñas variaciones, pero si actuamos en contra de nuestros propios valores, tarde o temprano, nos perjudicaremos nosotros mismos, o a otras personas.

Cualquier camino, comienza con un primer paso, de manera que si queremos evitar determinadas situaciones, lo mejor es no dar ese primer paso que nos pueda llevar a un punto donde no queremos llegar. Así, si una persona tiene problemas con el alcohol, debe evitar esa primera cerveza que le llevará una segunda y después a una tercera.

De la misma manera, todos aquellos que han alcanzado sus metas, grandes o pequeñas, comenzaron con un primer paso en la dirección correcta. Si quieres ponerte en forma, no tienes que empezar haciendo horas de ejercicio, puedes empezar con un paseo de 10 minutos, y poco a poco iras incorporando esa rutina en tu vida.